Las islas de la sombra, dicen que no existen. Unas islas míticas,
pobladas por fantasmas y espectros...cuentos para asustar a los niños.
Pero yo se la verdad, he estado allí.
En cuanto puse el pie ayí supe al instante que había algo raro en aquel lugar.
Me picaba la piel y sentía una intensa nausea en la boca del estómago.
No era un lugar para los vivos. Pero también sabía...en lo mas profundo
de mi ser sabía, que las islas me daban la bienvenida, me querían allí. A
medida que me adentraba en ellas, veía la muerte a mi alrededor:
árboles, hierba y flores de aspecto fantasmagórico me envolvían con su
terrorífico resplandor. Era todo tan tranquilo y tan bello...
Pase mi mano a través de una hoja espectral, que volaba en el viento,
pero no había viento. Fue entonces cuando comprendí que la muerte era
otro mundo y que yo estaba en la puerta del mismo.
En ese momento escuché la canción, la canción de la araña. Mi compañero
empezó a gritar de terror y calló de rodillas, le di un abrazo, le dije
que no tenia nada que temer, que iba a ir a un lugar mejor. Los llevare
a todos a un lugar mejor...
"Su dieta esta compuesta de plantas, animales pequeños del bosque , animales grandes del bosque , bosques , frutas , arboledas frutales , agricultores de frutas y ciudades pequeñas"
Aunque te transformases en única rosa silvestre en medio de un campo de flores... Sabría encontrarte entre todas. Vería el azul reflejado en las perlas de rocío que la mañana dejó sobre tus pétalos.
Hace un tiempo ese era mi número favorito, ahora me doy cuenta de lo ingenua que era...todos los meses contando para que llegase ese día. Ahora guarda otro recuerdo, por el cual desde hace unas horas miro constantemente a esa esquina de la habitación, deseando que mis ojos no se encuentren con ello..."Es un mal sueño" pienso. Pero no, todo es real, eso está ahí y aunque desee que desaparezca con todas mis ganas y todas mis fuerzas no se vá. No es una pesadilla pero ojalá lo fuese, me despierto y sigue ahí, salgo de mi habitación entro y sigue ahí...y no se irá nunca, lo sé con certeza. Mi cabeza no para de dar vueltas y mas vueltas, me acuesto, pero cuesta quedarse dormido, me retuerzo inutilmente entre las sábanas en esta noche infinita. Cuando por fin soy capaz de conciliar el sueño, aparecen niños ahorcados colgados de un arbol... Cuando se inicia un nuevo día, ese pensamiento me persigue constantemente, el es mío y yo... yo soy de él.